Cucharas
Cuando era niño
me lanzabas cucharas
pensando en que sólo así
alcanzaríamos el destino
que Dios tenía para nosotros
Hoy escribo:
no fui torero
ni militar ni bombero
hasta podría decir que los sueños siguen intactos
(Ojalá así estuvieran tus senos)
Ojalá y en tu pecho izquierdo
Dios no hubiera depositado su ira,
tu esperanza de mejores tiempos
Cecilia y yo daríamos cualquier cosa
para evitarte el llanto
apostaríamos al Diablo tu alegría
o tus sonrisas
Yo le jugaría una ruleta rusa
a cambio de dejarte aquí,
con nosotros
para quitarle otro dolor de la espalda a la abuela Esther
Si la abuela Juana no hubiera muerto de cáncer
ella estaría contigo
te diría con su voz ceniza
que me duele el estómago
o que me lloran los ojos
como brasa
Cecilia y yo seguiríamos comiendo canicas
Me subiría a la chiva de nuevo
y evitaría perder el labio
es cierto Mamá
cuando nos tirabas cucharas a la espalda
lastimamos tu brazo
y sin querer
te sembramos esa semilla
que lloramos por ti
(En la sala de espera)
4 comentarios:
Algo en común de nuestras histotias...
Me deja llorando Tirando cucharas,la abuela Juana!
Adelante!
Mía
Hola Mía. Sí, la vida -aunque sue a cliché- siempre nos depara coincidencias y dolores. Un saludo. Gracias por tu comentario.
Chéri, lo superará. ¡Animo! Ella te necesita bien, sin tristezas, con toda tu alegría y tus ganas de salir adelante. No te derrumbes ahora. Un abrazo.
sin palabras...
estamos, aunque no estemos
lo que se te ofrezca de todo corazón..
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