No se vende ni se rinde
Más de una década ha cumplido el movimiento de resistencia en la Yerbabuena. Hoy día, los intentos por callar al pueblo y sus rebeldes son demasiados. La milicia decidió, junto con habitantes que abandonaron este lugar -a cambio de una casa- y el respaldo de la autoridad municipal, borrar las pintas que los integrantes adheridos a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona tenían en la escuela del municipio, lugar donde niños toman clases, leen y dibujan.
Desde la visita de Marcos hace más de un año, la Yerbabuena mantiene un espíritu de lucha rejuvenecido. Hoy, las casas de los rebeldes tienen pintas en memoria de las recién lasceradas. Hoy, dice una de ellas: "La Yerbabuena no se vende ni se rinde"...
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